La Pausa: ritual de autoconocimiento

Una de las herramientas más relevantes dentro de la conciencia de la CNV (Comunicación No Violenta) es “la Pausa”, es decir, el espacio que podemos crear entre un estímulo difícil y una reacción. Hacer una pausa antes de reaccionar nos permite transformar hábitos impulsivos e inconscientes, a respuestas no solo más conscientes, sino más a acorde a nuestros valores.

Por ejemplo, si crecí en un ambiente familiar en donde todo se resolvía a gritos, es probable que cuando haya un conflicto (estímulo), mi reacción habitual sea alzar la voz, armar un berrinche o buscar defenderme. Hacer una pausa me permite respirar profundo, tomar conciencia de que estoy a apunto de reaccionar, y elegir otra manera de responder. Quizá haciendo una petición de espacio. Viktor Frankl lo resume en su célebre frase: “entre estímulo y reacción hay un espacio. En ese espacio se encuentra nuestra libertad emocional.”

Hay muchas maneras de hacer pausas, y ninguna es mejor o peor; se trata de lo que le funcione a cada persona: desde respirar o contar hasta 10, hasta “consultarlo con la almohada” o hacer una caminata… cualquier cosa que nos ayude a “enfriarnos”. Lo revolucionario de esta práctica es que al no reaccionar impulsivamente, estamos no solo previniendo violencia, sino también rompiendo hábitos generacionales de conductas aprendidas. Visto de esta manera, es una forma de sanar.

Mi estrategia predilecta para hacer una pausa es auto-conexión. Cuando pongo la atención en mis sentimientos y necesidades, giro la mirada hacia adentro y utilizo el estímulo difícil para aprender algo sobre mi misma, en lugar de enfocar la atención hacia afuera, a menudo viendo a ver a quién culpo. Por ejemplo, si alguien hace algo que me enfurece, puedo dejar que el enojo que siento me guíe hacia mi necesidad insatisfecha: reciprocidad. Wow. Momento de realización: la reciprocidad es super importante para mi. La claridad me tranquiliza, y compruebo una vez más que el camino más directo a la paz es la auto-conexión.

Vengo llegando de la India, donde dedicarle tiempo y energía al autoconocimiento se reconoce como lo más valioso que podemos hacer como seres humanos... es el camino hacia la evolución espiritual. Será cierto que -como lo creen los hindúes- la misión espiritual más importante de nuestras vidas, es ¿conocernos a nosotros mismos? Responder a preguntas como ¿quién soy? y ¿qué vine a hacer? A mí me resuena profundamente esta verdad milenaria, y me conecta con la profundidad de pausar y auto-conectar. Especialmente porque entre más autoconecto, más fácil se me hace entender y alinearme a mi propósito, y más natural se me hace contribuir a la vida de los demás.

Aprecio enormemente las herramientas que me he dado la CNV para emprender este camino de autoexploración, y los espacios que me brindan hacer una pausa para profundizar en mi propia auto-conexión.

¿Cuáles son tus rituales para hacer una pausa? ¿Creés que practicar auto-conexión te permite descubrir tu propósito, y contribuir a la vida de otros desde ese lugar?

Por Christine Raine

 
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